martes, 14 de septiembre de 2010

Salta, Tequila, 1981


Seguramente, la mayoría de vosotros os habréis encontrado con una situación como la siguiente. Vais a coger el tren o el metro. Estáis en el andén, y os queda cerca la puerta de acceso, lo cual supone unas posibilidades un poco más altas de poder coger asiento...

... excepto si junto a vosotros se encuentra una mujer (a veces también un hombre) mayor. No importa lo desvalida que parezca. Cuando se abran las puertas, notaréis a vuestro lado un tifón pasando en tromba en dirección al interior del vagón, con un salto en la puerta digno de competir por la plusmarca mundial. Lo siento, game over. Si había un asiento, lo habéis perdido. De hecho, como sois muy cívicos, lo habríais perdido igual cediéndolo a la misma señora muy gentilmente, pero ni esa opción os ha quedado.

Hay que decir que un gesto de tamaña agilidad sobrevenida por parte de las personas mayores se debe, en el fondo, a que la mayoría de la gente que sube a un transporte público es totalmente insolidaria e irrespetuosa. No nos debe extrañar, pues, que estas personas mayores deban buscarse sus propios medios para obtener un merecido asiento. Así de normal, así de triste.

En cualquier caso, se trata de un comportamiento que, más allá de este poco decoroso origen social, a todos nos ha molestado directamente alguna vez aunque sólo sea por su brusquedad. Si bien no tanto como a un chico que hoy estaba entrando a un vagón del metro y que acabó en el suelo empujado -arrollado sería lo suyo- por una mujer poco dispuesta a jugarse un asiento vacío que había detectado antes de subir. Al final, toda lesión se limitó al amor propio del chaval, pero no dejaba de ser digno de atención -con un punto irónico y hasta cómico- que alguien de unos 70 años acabara dejando en suelo por puro efecto huracán a otro alguien de 20 y mucho más corpulento.

Así que sin más, vaya este Salta!-hit de Tequila incluido en su último álbum Confidencial de 1981- dedicado a todos esos arrollamientos bajo las puertas de los transportes. En cuanto a las señoras mayores, porque a menudo es la única forma que tienen de poder optar a un asiento. Y en cuanto a los demás, porque los padecemos.

Por cierto, la historia tiene postdata. La señora acabó quedándose sin asiento -se lo llevó otra mujer ya en el interior del vagón-. Pero fue por poco tiempo: le cedí el mío. Y acabé mi trayecto de pie, que es más de lo que aquel otro chaval pudo decir.

Tequila – Salta!
(por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

2 comentarios:

  1. Por aquella época mi hermana era una adolescente y le encantaba esta canción y, en concreto, el cantante... Recuerdo la cara de mi padre pensativo...
    ¿Se inspiraron en el ska para esta canción?
    Por cierto, he conectado el vídeo y me he ido a hacer una cosa y cuando he vuelto me he quedado un poco perpleja (falsa alarma): esas camisetas tan cortas que dejan asomar el maillot negro crean un efecto óptico un tanto curioso!

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  2. Las caras de los padres siempre son pensativas cuando sus niñas dejan de mirarles exclusivamente a ellos, ja, ja, ja!!! Es posible que se inspiraran en el ska en cierta medida. Por entonces, en Gran Bretaña los grupos de ska o de influencias ska estaban bastante de moda (The Specials, Madness...), así que es totalmente plausible que se inspiraran en este estilo...

    Efectivamente, se da un efecto óptico. Lo que no sé yo si el adjetivo es... "curioso", je, je, je...

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