Nunca he sido muy ducho con las despedidas. Sin embargo, puestos a hacerlas, prefiero recurrir al trato directo antes que a la redacción. Así que esta misma tarde, en vez de plantearme una nota para todos los que habéis sido hasta ahora compañeros de trabajo, opté por dar una ronda y despedirme personalmente.
Pero acabó mi gozo en un pozo, cuando en el momento de darme el tour por los despachos, fui dándome cuenta de que las ausencias por motivos diversos eran notables. Tanto que, en seguida, se hizo obvio que la escritura se convertía en inevitable. Muy listo por mi parte: al final, dos tazas.
Así que aquí está mi nota. No en un correo, si no donde más me gusta expresarme, que es en este tinglado taurino-festivo-musical de las Píldoras.
No es necesario decir que, tras todos estos años, mucho más allá de todos los proyectos realizados de vivienda, de comercio y de todo aquello que se terciara, dejo atrás excelentes compañeros de trabajo. Pero, a cambio, gano muy buenos amigos, algunos de los cuales ya formáis parte de mi mayor haber personal. Nada más se puede decir al respecto. Una enorme ganancia que se suma a la de poder trabajar, a partir de ahora, para mis propios convecinos. No me puedo quejar, desde luego.
Y paro ya el discurso anterior, no sea que caiga en una emotividad que empañe mi esforzada fama de versión castiza del Sargento de Hierro (¡no confundir con el inefable Arensivia, por favor, por más que sea inevitable pensarlo!) que he ido ganando a lo largo de estos últimos meses como formador de trinchera, como bien sabéis. Por cierto, me llevo como pequeña recompensa mis valoraciones realizadas por los alumnos: estoy estudiando ponerlas en una orla y colgarlas en el comedor. Que hay que fardar con las visitas.
Un abrazo muy fuerte, y aquí me tenéis para lo que sea menester. Ciao!
The Smiths – There Is A Light That Never Goes Out (por Spotify)
PS: por si alguno de vosotros es muy fan de los Smiths, o ya se afeitaba en los ochenta, tal vez os haya parecido extraña la fecha que acompaña al tema de hoy. Ciertamente, There Is A Light That Never Goes Out se publicó inicialmente en 1986, en el célebre álbum The Queen Is Dead. Sin embargo, nunca llegó a salir como single... por entonces. Tuvo que esperar nada menos que hasta 1992, cuando la formación ya llevaba años disuelta, para convertirse en sencillo, como apoyo para un LP recopilatorio. Para que luego digan que los refritos no tienen también sus cosas buenas...
Letra de la Píldora.
Hasta la próxima.