sábado, 30 de abril de 2011

Breathe, The Prodigy, 1996


Tras el impacto de azúcar del bodorrio de ayer, he estado dándole vueltas a ver qué se podía hacer para darle un poco la vuelta a la cosa de forma adecuada. Y se me vino a la cabeza este hit de trasnoche, bestiajo, de The Prodigy. Tampoco es para tanto: que conste que estuvo a punto de colarse Marilyn Manson. 

Con Breathe me sucedía una cosa curiosa. Si la ponían a una hora temprana de la noche, debo admitir que me aburría un poco, hasta me machacaba los oídos. Sin embargo, una vez cruzado el umbral de las dos o, mejor aún, de las tres de la mañana... aquí que tenéis a un algo cerveceado Maestro Armero reconvertido durante cuatro minutos en un héroe de la música electrónica. ¿Increíble? Hasta para mí, pero los espasmos extraños que provocaba esta canción al bailarla eran la prueba fehaciente de que pasaba por encima como un martillo neumático. 

De todas formas, por muy majara que fuera mi comportamiento durante aquellos instantes, eran toda una muestra de savoir faire y elegancia en el vestir al lado de los tres individuos que firmaban esto. Como muestra, el inquietante clip del tema, que podéis ver más abajo. Quince años después todavía llaman la atención las pintas del personal.

Y sin embargo, no es que fueran así de nacimiento, aunque cueste de creer. Como ejemplo, uno de los tres tíos que salen -el que parece una versión cyberyonqui de Blacula- era aficionado a escribir poesía, y otro de ellos tenía estudios clásicos de piano. Para que no digáis que las apariencias no engañan.

Breathe fue, tras Firestarter, el segundo gran hit mundial de The Prodigy, lanzado a finales de 1996. Alcanzó el número uno en Gran Bretaña y en Finlandia, y se coló en los puestos más altos de las listas en prácticamente todo el mundo. El impacto suficiente para que hasta yo empezara a verle alguna cosa a la música electrónica más pasada de vueltas. Eso sí, lo justo. 



Breathe (por Goear)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 29 de abril de 2011

Love Is The Drug, Roxy Music, 1975


Póngase en el lector de CD la marcha nupcial que hizo Wagner para Lohengrin -vamos, la de toda la vida- y grítese a pulmón "¡¡¡ya san casauuuuu, ya san casauuuuu!!!". Si usted es de los que optan por hacer esto, o peor aún, de los que ya lo han hecho, enhorabuena. Está usted a la última tendencia informativa. 

Porque la noticia del día no es el prohibitivo paro -el día que alguien le meta mano a la banca, los burros volarán- ni las consecuencias de la masacre en Marruecos. No. Como mucho, si acaso, la trascendental batalla, clave para los siglos venideros, entre el Madrid y el Barça por ver quién denuncia más a quién. 

Pero ni eso. Hoy, ni tan tamaña noticia, que quedará en los anales del siglo XXI, es la noticia. Porque como si nos hubiéramos quedado en pleno siglo XVI, aquí estamos todos parados como gilipollas viendo como un tipo más o menos simpático se casa con la novia de la uni. Pero claro, es que este tipo no es cualquiera: tiene el mérito de ser heredero al trono de Gran Bretaña, ganado esforzadamente por la gracia del apellido.

En todo caso, entiendo que los ingleses estén de enhorabuena. Especialmente, los londinenses: con un día de fiesta extra con motivo del bodorrio, y además al borde del fin de semana, cualquiera no es monárquico hasta la médula. Con banderita y todo. Lo que ya me choca más es la reacción de mucha gente de aquí: no es que no sea lógico que se alegren, es que encima nos tenía que dar rabia. 

Y es que cuando se casaron el maromo de estos pagos y la periodista, encima lo hicieron en fin de semana. Claro, así no había que dar ningún día de fiesta, que enseguida nos acostumbramos a la buena vida. Ya me lo imagino: en breve estaríamos pidiendo celebrar luego los cumpleaños de los susodichos, los aniversarios y aún las actividades de plástica de las infantitas con tal de pillar puente.

Pero en fin, hay lo que hay. Dos personas se han casado y los demás haciendo como si nunca hubiéramos visto algo así. Sugiero que en las futuras bodas de la gente llana, en vez de trajes grises o vestidos más o menos chillones, vayamos todos en uniformes de gala de gran mariscal y de princesas Disney. Seguro que no nos hipnotizaba tanto un sarao como el de hoy. Pero, de momento, a tenor de lo visto, el amor sigue siendo la droga.

Roxy Music – Love Is The Drug (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 28 de abril de 2011

First We Take Manhattan, Leonard Cohen, 1988


Imagináos a un chaval de catorce años grabándose (de estrangis, naturalmente) una canción de un tipo que dobla la edad de la inmensa mayoría de las estrellas pop del momento, y que casi cuadruplica a la suya propia. ¿Extraño? Pues eso mismo es lo que hicimos muchos allá en 1988 en el radiocassette cuando descubrimos por primera vez a la figura de Leonard Cohen

Y lo hicimos gracias a la canción de hoy. Formalmente, sonaba como un tema prácticamente tecnopop, pero con unos aires graves de recital que inmediatamente avisaban que se estaba ante algo muy diferente a lo vigente por entonces. 

Y no veáis ya cuando lo vimos en la tele por primera vez. ¡Era un tío con más de cincuenta castañas! Eso sí, chavalas en ristre: más tarde descubrimos que Cohen no se privó nunca de una buena compañía. Muy místico y todo eso, pero menuda envidia daba el fulano al respecto.
Con el tiempo, nos dimos cuenta que ya habíamos escuchado mucho antes cosas del cantautor canadiense: Suzanne, Hallelujah... pero en lo que a mí respecta nunca fui consciente de su autoría hasta haber descubierto al nuevo Leonard Cohen metido a austera estrella pop. Es cierto lo que dicen: los grandes artistas son descubiertos inevitablemente por cada nueva generación. Lo que pasa es que en el caso de Cohen, encima lo hizo cambiando todos sus registros previos de forma tremenda, sin recurrir a material de archivo.

Y una curiosidad para Trivial. ¿Sabíais que la primera vez que se lanzó First We Take Manhattan no fue en un disco de Leonard Cohen? Fue un año antes, de la mano de la cantante y compositora Jennifer Warnes, muy conocida en Estados Unidos. Con todo, casi al mismo tiempo, Cohen hizo su propia versión, que fue la que consiguió el éxito a escala mundial. 
No me imagino yo, la verdad, al personal catorceañero de ahora haciendo lo mismo que un servidor en 1988. Pero claro, el problema no es suyo: es que de Leonards Cohens cincuentones no queda ya ni uno. Y si quedara, Biebers, Gagás y demás ralea de alto copete le pegarían un tiro de gracia. Puro instinto de supervivencia.

Leonard Cohen – First We Take Manhattan (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 27 de abril de 2011

La moto, Los Bravos, 1966


Tranquilos: no reincidiré en mi triste -nula- pericia a los mandos de una moto. Eso ya lo dejé por escrito hace mucho tiempo, allá por la Píldora del Born To Be Wild, de los Steppenwolf. Hoy me centraré en la que fue la primera gran batalla entre discográficas de la historia del pop español. Además, qué coño, me apetecía poner La moto. A quién voy a engañar.

Pero esto va de quedar bien un servidor, así que nos vamos al tema de la susodicha batalla. 1966 fue el grandísimo año de Los Bravos, cuyo cénit fue el ultraescuchado Black Is Black. Sin embargo, no fue su único hit. Con todo, uno de sus más conocidos, este La moto que podéis recordar hoy, estuvo a punto de quedar en campo de otra formación bastante conocida en la época, Los Pasos.

El compositor de la canción, Manolo Díaz, que había intervenido en la formación de Los Bravos, la había cedido originalmente a Los Pasos para que la grabaran. Sin embargo el productor de Los Bravos, el francés Alain Milhaud, convenció a Díaz de que prohibiera a aquellos su edición del tema como mínimo hasta que los protagonistas de hoy hubieran lanzado primero la canción. Para más inri, Milhaud había sido antes productor de Los Pasos.

El resultado de este galimatías es que, al final, Los Bravos acabaron lanzando primero La moto. Eso sí: en respuesta, la discográfica de Los Pasos lanzó inmediatamente la versión de éstos, y lo hizo sin reparar en gastos. Así que ambas versiones compitieron por el favor del público a lo grande. Hay que decir que tan singular batalla acabó del lado de Los Bravos, que se apuntaron finalmente el número uno. 

Una cosa más, al respecto del tema de hoy. Su sonido, al igual que sucedía con Black Is Black, estaba tremendamente a la última. No en vano ambas se grabaron en Londres... con la presencia de músicos de estudio profesionales, de acuerdo con las normas imperantes en el mundillo anglosajón. Sin embargo, parece ser que con La moto, los españoles hicieron el salto, y aprovecharon un descanso para grabar ellos mismos la canción. Este detalle lo digo para que apreciéis en su justa medida el espléndido solo final de guitarra, increíblemente acerado para 1966 y para una canción que, por lo demás, era mero pop sin más pretensiones que pasar un buen rato. 

¿He dicho ya que me gustaba?

Los Bravos – La Moto (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 26 de abril de 2011

Nothing Else Matters, Metallica, 1992


Nothing Else Matters es otra de esas canciones que consiguieron transformar el heavy metal en un sonido audible para todos los públicos. Y lo hizo aún a disgusto de la militancia más ultra, que consideró que sus responsables, Metallica, habían iniciado de esta forma el inevitable camino a la perdición comercial. 

Sin embargo, es indudable que se trata de una gran canción, a la estela de otras como Stairway To Heaven,  o la por entonces mucho más reciente Winds Of Change, en las que el registro metalero de sus respectivas formaciones se transformó en grandes baladas rock. De alguna manera, fue la tarjeta de presentación de Metallica como formación de masas, más allá de los incondicionales del rock duro, al igual que sucedía casi al mismo tiempo con los Guns N'Roses tras el lanzamiento de November Rain

La historia de la canción, al parecer, tiene un origen muy bonito. Nothing Else Matters ("nada importa") fueron las últimas palabras del abuelo del cantante, James Hetfield. Así que no es de sorprender que esta misma canción fuera interpretada asimismo por la formación al poco de su edición como single en el famoso concierto homenaje tras el fallecimiento de Freddie Mercury. 

Y una nota para los que gustáis de tocar la guitarra. Si os va el heavy, es bastante probable que la canción de hoy haya sido una de las primeras que hayáis aprendido a tocar. Si es así, bravo. Pero ahí va una que a lo mejor a alguien le duele un poco: es tan sencilla porque fue compuesta por el propio Hetfield con una mano... ¡mientras hablaba por teléfono con la otra! Lo sé, ahora le he quitado mérito a vuestra tal vez primera proeza guitarrera, lo cual es más grave viniendo de alguien que prefiere el bajo y el teclado. 

Pero miradlo por este otro lado: a mí, guitarra en mano, ni siquiera me sale bien con un playback.

Nothing Else Matters (por Goear)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 25 de abril de 2011

Skweeze Me, Pleeze Me, Slade, 1973



A todo gorrino le llega su San Martín, y a todo hijo de vecino su final de vacaciones. Así que aquí tenéis la última de las Píldoras exprés creadas al efecto esta Semana Santa. Si ayer puse un tema facilito para animar al personal que hoy empezaba a currar, en esta ocasión el que necesita ser animado es servidor, a pesar de tener la suerte de tener un trabajo que me gusta, y mucho. But holidays are holidays, dudes.

Y para ello, mantengo la línea facilona, eso sí, bien aderezada de decibelios, horterismo y unas gotas de aire broncas, como no puede ser otra cosa con los Slade. Skweeze Me, Pleeze Me fue el ruidoso quinto número uno de la formación en Gran Bretaña allá por el verano de 1973, todo un canto al vocerío inmerso en distorsiones varias.  

Así que os dejo mientras me deleito a lo supporter antes de dormir... y de levantarme mañana. ¡¡¡UOOOHHH, UOOOHHH!!!

Skweeze Me Pleeze Me (por Goear)


domingo, 24 de abril de 2011

The Sign, Ace of Base, 1994


Tras una saeta y dos temas de pop alternativo más o menos modernillo, ¿a que viene en gusto una de esas canciones mil veces bailadas y tontorronas? En el caso de hoy, fue uno de los grandes hits de la primavera y verano de 1994, de la mano de la enésima formación salida de Suecia para vender discos como rosquillas: Ace of Base.

Vaya este tema para alegrar a todos los que liquidáis hoy vuestras vacaciones. Por suerte, yo no tendré que pasar por ello hasta mañana, je, je, je...

Y sí, bailé The Sign tela marinera. Como casi todos vosotros, añado.

Ace of Base – The Sign (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 23 de abril de 2011

Magic, Ladyhawke, 2009


La tercera Píldora de estos días de vacaciones la quiero dedicar a un descubrimiento que hice no hace mucho. Ella se hace llamar Ladyhawke, viene de Nueva Zelanda, y hace un pop electrónico de primera clase. Por cierto, no veáis lo que me ha costado encontrar un clip para incrustar de Magic, el tema que quería traeros hoy como ejemplo de lo dicho hace un momento... ya puestos: ¿a que el vídeo casi parece de un anuncio de colonia?

Ladyhawke – Magic (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 22 de abril de 2011

Yoshimi Battles The Pink Robots Pt. 1, The Flaming Lips, 2002


Segunda Píldora express. Uno de los temas más guays de la década pasada, de la mano de los siempre interesantes Flaming Lips, que incomprensiblemente se me había pasado por alto hasta ahora. Por suerte, la Semana Santa es un buen momento para redimirse...  como siempre, espero que os guste.

The Flaming Lips – Yoshimi Battles The Pink Robots Part 1 (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 21 de abril de 2011

La saeta, Joan Manuel Serrat, 1969

 
Iniciamos hoy, como es costumbre, una breve relación de Píldoras express durante las vacaciones de Semana Santa. Que uno también tiene derecho a moverse... en todo caso, procuraré mantener el ritmo diario, para que no digáis. 

Seguramente habréis pensado que el tema de hoy, en la noche de Jueves Santo, es previsible como una boina en una peli de Paco Martínez Soria. Sin embargo, tampoco se me ocurren muchas más fechas donde quede bien. En verano chocaría un poco, y en navidades, no sé, lo veo poco procedente.

Como sea, aquí va una de las interpretaciones más célebres del Noi de Poble Sec, extraída de su mítico álbum -y totalmente imprescindible de principio a fin- Dedicado a Antonio Machado, poeta. Una reflexión: estoy seguro que algún franquista despistado pensó allá por 1969 que el muchacho tal vez estaba entrando por el buen camino...

¡Felices vacaciones!

Joan Manuel Serrat – La Saeta (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 20 de abril de 2011

Woman, Wolfmother, 2005



¡De vacaciones!¡Os dije que llegarían! Y, además, a punto de salir por ahí a tomar unas bravas, si los forofos futboleros han dejado algún hueco libre en su éxtasis místico-religioso. Por si acaso, será mejor marchar ya, no sea que acabe a las once y media vagabundeando en busca de una cervecita cabreado como una mona y maldiciendo el blanco, el azul y el granate a partes iguales. 

Pero no sin antes dejaros un puntazo de canción, Woman, hit total en 2005, de la mano de los australianos Wolfmother. Huelga decir que si su sonido os recuerda al de los primeros Deep Purple -cuando se convirtieron al rock duro- o al de los Black Sabbath más o menos del mismo tiempo, que no os extrañe. Es normal. En mi caso, la primera vez que lo escuché cuando salió me pareció resucitar a aquel Paranoid con el que abrieron fuego los muchachos de Ozzy Osbourne. Así que incorporé la canción a mis activos musicales.

Que os guste. Yo voy a probar suerte por esos bares de Dios. Y del fútbol, me temo.


Wolfmother – Woman (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 19 de abril de 2011

Juliet, Robin Gibb, 1983


¿A que no os acordábais ya de esta canción? Para ser sincero, ni siquiera yo, si no fuera porque esta mañana la pusieron en la radio. ¿No os sucede que cuando un tema que habéis escuchado mucho deja de sonar durante años enteros, al volver a oirlo se vienen recuerdos aparentemente olvidados?

Para comenzar, vamos a admitir las cosas como son. Juliet es un tema azucarado tirando para cursi y pasteloso. Imagino que, hasta aquí, todos de acuerdo. Pero también es verdad que, en ocasiones, estas mismas canciones cargadísimas de almíbar tienen alguna cosa que impele a escucharlas cuando suenan y dejan un buen sabor de boca. Eso sí, sin abusar: con el azúcar no es bueno pasarse. 

En mi caso, por la época en que sonó no puede traerme al recuerdo bailes de discoteca, ya que con nueve años ni se bebía, ni se fumaba, ni se colaba uno en garitos de perdición. Sin embargo, ya comenzaba a tener una afición enorme por todo lo que sonara a historia y, desde luego, ya debía saber algo de quién era Napoleón y los franceses que le acompañaban. 

Así que cuando vi el clip de esta canción, en el que aparecían soldados de la France liándola parda por doquier, me quedé como enganchado. Imaginad si llego a ver Guerra y Paz... además, recuerdo que la música me gustaba bastante. Todavía estaba lejos del conocimiento satánico de las guitarras distorsionadas, y esta canción molaba a su manera. Hasta que desapareció por completo de las listas de éxitos... y de la memoria. 

Juliet, interpretada por un Robin Gibb -uno de los Bee Gees- haciendo de entre espadachín romántico y alter ego apocado de Jessica Fletcher (entre nosotros, qué rabia daba esta mujer), se convirtió en un bombazo en la Europa continental, donde cosechó varios números uno en 1983. Paradójicamente, no tuvo mayor repercusión ni en Gran Bretaña ni en Estados Unidos, en los que andó alrededor del puesto cien de los charts. 

En fin, un flash back en toda regla. Por cierto, estos días ando releyendo la batalla de Austerlitz. Muy propio: voy a probar a mirar un par de páginas con la canción de fondo, a ver qué tal la combinación. Cosas más frikis veredes, no os escandalicéis tanto.

Robin Gibb – Juliet (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 18 de abril de 2011

Poetas andaluces, Aguaviva, 1969


Mucho más que Libertad sin ira, de Jarcha -quien sabe si por el posterior uso que se le dio a finales de los noventa en la lucha contra ETA- para quien escribe, Poetas andaluces es la canción por antonomasia de la contestación política antifranquista de los setenta. Por sonido, contenido y vocación. 

Es menester comenzar diciendo que la canción, interpretada por Aguaviva, un grupo caracterizado por sus  numerosísimos miembros en constante rotación, se convirtió rápidamente en un gran éxito generalizado tras su lanzamiento en 1969. Lo cual era casi más lógico en el extranjero (incluso se grabó una versión en inglés unos meses después) que dentro de las fronteras españolas, bajo los convulsos años finales de la dictadura. 

Y sin embargo, Poetas andaluces escaló rápidamente las listas nacionales y obtuvo el favor del gran público, para asombro de un régimen que debió de alucinar ante la acogida a un tema cuya letra era un poema de... ¡Rafael Alberti! ¡Un poeta todavía vivo, en el exilio y comunista! (“no hemos ganado la guerra para que ahora se escuche a Alberti en nuestras radios”, parece que se llegó a decir). Por no mencionar su estilo casi experimental: ciertamente, ya habían precedentes de poemas musicados (por ejemplo, lo que Serrat acababa de hacer con Antonio Machado muy poco antes), pero ninguno de ellos era directamente recitado de manera literal con un trasfondo melódico.

Aquella no sería la última vez que Poetas andaluces vería la luz. Además de la mencionada versión en inglés -cuanto menos, curiosa- la propia banda lo regrabaría en 1975, ya en plena Transición política. Entonces le dedicó todo un álbum de casi igual título (Poetas andaluces de ahora) donde aparecerían hasta tres variaciones de la canción. Personalmente, siempre he considerado que este segundo lanzamiento sonaba mucho mejor, aunque, en cierto modo, perdía un poco de la ingenuidad e improvisación aparente de aquella versión original de 1969. Ya se sabe, para gustos, colores.

Como sea, aquí tenéis la banda sonora de una época.

Aguaviva – Poetas Andaluces (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 17 de abril de 2011

Livin' On A Prayer, Bon Jovi, 1986


A pesar de que está más oída que la sintonía del Telediario, y que su parecido con el heavy metal es más bien circunstancial (aunque para simplificar, yo mismo le he puesto la etiqueta de "hard rock"), algo tiene Livin' On A Prayer que hace que cada vez que suena se tenga el irresistible impulso de cantar/vociferar su celebérrimo estribillo, aquello de "Uoooohh, we're half way there, uoooooh, livin' on a prayer...". Cantinela que se efectúa habitualmente en inglés castizamente macarrónico, naturalmente, como debe ser cuando el exceso de cerveza se combina, además, con la falta de pericia idiomática. 

Junto al final de la cuenta atrás de Europe, de aquella misma época, Livin' On A Prayer se convirtió rápidamente en uno de los iconos musicales de los años ochenta. Por otra parte, ambas canciones compartían la sobredosis de laca en las cabelleras de sus estéticamente excesivos intérpretes, y es casi inevitable acabar saltando mentalmente de un tema al otro.

Efectivamente, las ventas que obtuvo el grupo liderado por Jon Bon Jovi con el que fue el single estrella de su álbum Slippery When Wet, fueron absolutamente milllonarias. De hecho, alcanzó el siempre difícil número uno en el Billboard norteamericano. 

Aunque puestos a citar particularidades en las listas, ahí va la que dispuso en Gran Bretaña hasta prácticamente ayer mismo. Y es que en 2009, 2010 e incluso ¡2011! Livin' On A Prayer se hizo con el primer puesto de la lista específica de música rock británica. Ciertamente, no tengo ni idea de la causa de tamaña resistencia en las ventas, pero desde luego sigue habiendo mucha gente que todavía hoy, un cuarto de siglo después,  compra el single. Menudo chollo componer algo que acaba así.

Bon Jovi – Livin' On A Prayer (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 16 de abril de 2011

Can't Take My Eyes Off You, Boys Town Gang, 1982





¡Música para un sábado por la noche! Tema imprescindible para animar las pistas de garitos como Music Box o Get Back a mediados de los noventa (no puedo opinar de los de una década antes por motivos obvios), su memorable intro con cuerdas, sintetizador y piano ya avanzaba cuatro minutos de gran bailoteo cubatita en mano.

Por supuesto, a estas alturas, ya sabréis sobradamente (¡hace medio año que pasó por este cotarro pildorero!) que la de hoy es una versión de un viejo tema interpretado por primera vez por Frankie Valli en 1967

Muy posiblemente, la de hoy ha acabado siendo la más radiada de todas las múltiples versiones que recibió, precisamente por su gran aceptación en las pistas de baile tras su lanzamiento en 1982. Como curiosidad, sólo alcanzó el número uno en un país, Holanda, si bien obtuvo muy buenas ventas en ambos lados del Atlántico. 

Paradójicamente, el éxito de la versión contrasta enormemente con el desconocimiento de la formación que la firmaba, los norteamericanos Boys Town Gang. Para seros sincero, jamás hasta hoy me tomé la molestia de mirar mínimamente con detalle quienes eran. Es lo que tienen los grupos con apenas uno o dos hits como máximo. De hecho, si no llega a ser por el peculiar número de la aparición televisiva que podréis ver en el clip adjunto, ni siquiera hoy les hubiera prestado mayor atención. 

Por lo visto, el grupo se creó en San Francisco como formación inicialmente orientada al público gay, algo así como los Village People. Sólo así se entiende que junto a la cantante, Cynthia Manley, de notoria inspiración Gloria Gaynor, aparecieran aquellos dos maromos al lado ataviados como de manual love parade. Las cosas de los años ochenta, es de entender.

En todo caso, si esta noche salís y suena esto, que lo bailéis muy bien. Eso sí, si no queréis, no es necesario que vayáis vestidos como los del vídeo. Yo también iré algo más clásico.

Boys Town Gang – Can't Take My Eyes Off of You (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 15 de abril de 2011

Holidays In The Sun, Sex Pistols, 1977



A toda pastilla porque me voy de tapas, quisiera equilibrar un poco el Ying de ayer -Nino Bravo-, con el Yang de hoy, a golpe de Sex Pistols desatados y anárquicos como pocas veces. Eso sí, con dedicatoria: por lo visto, existe un colectivo de... estee.... hum... como lo digo para no ofender... afortunados, que se va de vacaciones ya hoy. Pues nada, en caso de que dicho colectivo sea algo más que una leyenda urbana difundida por el Telediario, que les vaya bonito. Va por vosotros.

Yo esperaré un poco más, pero caerán... y mis tapitas de dentro de un momento no me las quita ni Perry Manso. También van por vosotros.


PS: por aquello de la música, que a veces se me va la olla, Holidays In The Sun, lanzado en octubre de 1977, fue el cuarto y postrer single de los Sex Pistols antes de su separación. Mucho después regrabarían temas para el Guitar Hero, pero tamaña desaprensión hasta me da vergüenza escribirla. Como siempre digo, sic gloria mundi transit.



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 14 de abril de 2011

Libre, Nino Bravo, 1972



Imagino que no hará falta presentar en absoluto a la canción de hoy. Ni a su intérprete, desde luego. Y es que Nino Bravo es uno de esos pocos nombres más que respetados tanto por los amantes del pop melódico como por los que no lo son. Su tremenda voz, y unos temas especialmente pensados para ella lo convirtieron en uno de los nombres de referencia de la música española de los años setenta. 

De principios de los años setenta, para ser más exactos. Y es que su carrera en la cumbre, llena de singles de enorme éxito en España y en Latinoamérica se limitó a apenas tres años, hasta su fallecimiento en un accidente de tráfico en abril de 1973

De hecho, Libre, lanzado a finales de 1972, acabó siendo su último single lanzado en vida. Para entonces, sus temas eran garantía de ventas millonarias, y la canción se alzó de forma natural hasta el número uno en España, posición que mantuvo de hecho hasta el trágico final del cantante. 

A menudo se ha interpretado una intencionalidad política a la canción, editada durante los últimos años del franquismo. En realidad, nunca hubo una prueba en este sentido, ya que, a diferencia de otros artistas del momento, Nino Bravo siempre se mantuvo al margen de los movimientos más contestatarios. Sin embargo, la letra, claramente, narra la historia de alguien que intenta escapar de una dictadura y es, finalmente, abatido a tiros. ¿Entonces?

Parece ser, -aunque servidor no ha podido contrastarlo- que la historia trataba del primer alemán del Este muerto al intentar atravesar el Muro de Berlín, una década antes. Es decir, ¡de alguien que intentaba huir de un régimen comunista! Cierto o no, la letra tiene, sin duda, connotaciones universales, y es lo que hace que, incluso hoy en día, tenga una belleza tremenda, con su muy poético final.  

Un apunte más, para acabar. La versión del Chaval de la Peca era muy buena. Lo siento, y soy consciente de que fastidia el final del párrafo anterior, pero lo tenía que decir.

Nino Bravo – Libre (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 13 de abril de 2011

Atlantis, Donovan, 1968


Antes de comenzar, una apreciación importante, especialmente necesaria para los que improbablemente no conozcáis a la figura del cantautor escocés Donovan. A pesar de que la portada acojone un poco con la esvástica por ahí enmedio, la canción de hoy es la antítesis a cualquier cosa que suene lejana, remota y microscópicamente a nazi.

Es más, cuando haya acabado el clip, os descubriréis muchos cantando -aunque sea mentalmente- "way down, below the ocean, where I wanna be, she may be..." a la misma manera hipnótica que seguro que habéis hecho decenas de veces con el "na, na, na" que marcaba la larga coda final de Hey Jude. Os iréis a dormir -o a desayunar, o a lo que vayáis a hacer- bien cargados de flores en el pelo. Palabrita. 

Donovan abrió su carrera de manera exitosa con un folk bastante purista a mediados de los sesenta. Sin embargo, mucho más que la mayoría de sus colegas de estilo, se imbuyó de las corrientes psicodélicas y orientalizantes de finales de década, y fue incluso uno de los miembros de la expedición de superhippies encabezada por los Beatles que marchó a la India en 1968 a ser desplumada por el célebre Maharishi Mahesh Yogi

Así que ahora podréis entender un poco mejor lo de la esvástica: es el signo sánscrito del camino al bienestar, y en la India se encuentra aún hoy día por doquier. Donovan no había hecho más que traerse el símbolo de su viaje, amén de sus bolsillos sensiblemente aligerados por el maestro yogui.

Por lo tanto, estad tranquilos: sólo estaréis cantando una bonita canción hippie sobre los ancestros mitológicos del mundo. Que tampoco es moco de pavo.


Donovan – Atlantis (por Spotify)



Hasta la próxima.

martes, 12 de abril de 2011

El Salmón, Andrés Calamaro, 2000



Allá por los años 1999-2000 -parece que no, pero ya ha llovido- servidor andaba en pleno auge de argentinofilia musical, circunstancia que compartía junto a Montse, así como con mi compadre Santi y, ya de paso, con sus conmilitones del Rat Pack alicantino. En mi caso, relacionaba aquel sonido entre latino, anglosajón y castizo a momentos muy vitales y lo vinculaba directamente a otros nombres de por aquí de aires más o menos parecidos y que escuchaba bastante en aquel momento como Café Quijano -su segundo disco estaba muy bien, ya lo contaré otro día- o Jarabe de Palo. Incluso le encontré un gran encanto a aquel 19 días y 500 noches de Joaquín Sabina, tan influenciado al respecto.

Y, por supuesto, dentro de la filia por la música procedente de Argentina se encontraba el nombre de Andrés Calamaro, que ya llevaba su estela de discazos a la espalda. Así que cuando me enteré que lanzaba un nuevo álbum, allí que estaba al tanto de su puesta en circulación. Inimaginable fue el sorpresón al conocer que no venía con un único CD...

... si no con cinco. Muy genio o muy majara se tenía que ser para hacer algo así, desde luego. Por fortuna, el precio de venta no era el de cinco discos juntos, así que no dudé en hacerme con aquel álbum de portada no muy atractiva y con título que apuntaba mucho del carácter de su autor: El Salmón.

Decir que El Salmón era un disco excelente, tal vez sea una exageración. Es lo que tiene meter más de cien canciones en un mismo saco. Sin embargo, sin problemas habían entre veinte o treinta que eran muy buenas piezas, lo cual ya compensaba por las otras setenta u ochenta algo más difíciles de pasar. Allí había de todo: rocks de casta, baladas sensibilísimas, tangos que te metían en plena avenida Corrientes... pero también cortes que más se asemejaban a demos inacabadas o a experimentos que a canciones propias de un disco con vocación de ser vendido.  

Lo que no recuerdo haber visto entonces era el clip de la canción homónima al disco, la misma que tenéis hoy delante. Y, la verdad, para qué nos vamos a engañar, tampoco me perdí tanto. O se pasaron de conceptual, o iban francamente cortos de presupuesto. A saber. En todo caso, una grandísima canción lo soporta casi todo, ¿no?

Andrés Calamaro – El Salmon (por Spotify)

PS: Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, vaya dedicada El Salmón a uno de los grandes comentaristas de este blog, el mismo que firma como ídem. Un abrazo, tío. 



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 11 de abril de 2011

Stay With Me, Faces, 1971


¿Os acordáis cuando hace ya un tiempo apareció un grupo mod de aires arrolladores llamados Small Faces? Pues bien, hoy tendréis la oportunidad de saber qué sucedió cuando dejaron de existir como grupo. La de hoy es una historia de grandes nombres del rock entroncados entre sí. 

Si rememoráis Tin Soldier, en el clip aparecía un guitarrista pegándole unos meneos a su instrumento (musical) de agárrate y no te menees. Era Steve Marriott, el líder de la formación. Pues bien, cuando éste decidió montarse por su cuenta, el resto de los Small Faces, lejos de disolverse, optaron por refundar el grupo. Y para ello fueron a buscar a una de las bandas más respetadas del momento, el Jeff Beck Group. 

¿Que a quién buscaron allá? Pues no eran tontos, Lane, McLagan y Jones. De la formación del virtuoso Jeff Beck se llevaron a su vocalista y a la otra guitarra tras la del propio jefe de la banda. Esto no sería, así dicho, nada más importante que un afortunado golpe si no fuera porque ambos personajes se llamaban Rod Stewart y Ronnie Wood, respectivamente. 

Con la nueva alineación, y estrenando nuevo nombre -Faces, a secas- el grupo redirigió su sonido hacia un rythm and blues poderoso, a la manera de los Rolling Stones, y que sería su marca de la casa durante los poco más de cinco años que funcionó. Y, entre sus singles, este Stay With Me de hoy acabaría siendo el más celebrado de cuantos lanzaron, arquetipo de un rock directo, distorsionado y para pasarlo bien con una cerveza en la mano. 

¿Que tampoco hay para tanto en cuanto a nombres célebres entroncados entre sí? Bueno, si prescindimos de la gente que compartió escenario con Jeff Beck en su grupo (entre ellos el pianista Nicky Hopkins o el bajista Jet Harris), podemos hacer una pequeña relación de cómo terminaron la mayoría de los miembros de los Faces. Excepto el malogrado Ronnie Lane, que padecería una esclerosis múltiple, el resto tuvo una carrera envidiable. Ian McLagan se convertiría en un músico de sesión y de acompañamiento de gente como Chuck Berry, Joe Cocker o Bruce Springsteen. Kenney Jones sustituiría al mítico Keith Moon tras su muerte en la batería de los Who. Y Ronnie Wood terminaría siendo guitarrista titular de los Rolling Stones.Casi ná.

En cuanto a Rod Stewart... bueno, poco tiene que contarse de él. En todo caso, el camino a sus famosísimas mallas disco, las mismas que le acompañaron cuando preguntó abiertamente si él era sexy, estaba abierto.

Faces – Stay With Me  (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 10 de abril de 2011

Get Off, The Dandy Warhols, 2000



Si os gusta el rock alternativo y la música de pelis del Oeste a lo Ennio Morricone, hoy disfrutaréis como enanos. O, al menos, como yo. Y es que ese es exactamente el sonido que les quedó a los Dandy Warhols cuando lanzaron allá por el año 2000 este estupendo Get Off.

No obstante, debo decir que no descubrí esta canción hasta hace muy poco, y prácticamente por esa mezcla de casualidad y curiosidad que acaba siendo la mejor forma de oir cosas nuevas (o casi) a partir de los treinta y pico. 

Por supuesto, que el descubrimiento fuera tardío tiene su explicación. Cuando Get Off fue lanzada, pasó muy desapercibida, y sólo consiguió un discreto puesto 38 en las listas británicas. No obstante, el destino le tenía reservada una segunda oportunidad. 

El siguiente single fue el muy celebrado Bohemian Like You, el cual, como ya vimos en su día, se benefició de una afortunada campaña de Vodafone que motivó un segundo lanzamiento del single unos meses más tarde. Pues bien, como en este segundo intento Bohemian Like You sí que llegó a unas ventas masivas, la discográfica decidió hacer lo mismo con Get Off

Y al igual que con Bohemian Like You, el segundo lanzamiento de la canción de hoy funcionó mejor... pero por los pelos. No pasó de un puesto 34, y fue lo mejor que consiguió en todas partes. Decididamente, no era una canción con suerte, y acabó en un desmerecido olvido. 

Pero afortunada o no, la verdad es que suena muy bien, y con ella quería dejaros hoy. Así que calzaros las botas, coged los estribos y montad vuestro caballo. O, sencillamente, dadle al play en el clip de más abajo. La sensación será muy parecida.

The Dandy Warhols – Get Off (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

sábado, 9 de abril de 2011

I Can See For Miles, The Who, 1967



¡Hágase la luz! Tras el breve paréntesis -a medias- de los dos últimos días, con una Píldora programada y otra que me fabricó abnegada y resignadamente Montse para no tener que escucharme más, aquí estamos de nuevo otra vez al pie del cañón. Sólo puedo decir una cosa a los que me habéis deseado lo mejor tras la intervención del jueves: muchísimas, muchísimas gracias. De todo corazón.

Debo decir que, tras décadas con un ojo prácticamente de vacaciones perpetuas, recuperar toda la visión sin recurrir a una lentilla es algo totalmente fantástico. Y casi de ciencia ficción: diez minutos de trasteo ocular, un poco de olor a quemado (¿u os pensábais que el láser sólo sirve para hacer bonito?), tres o cuatro horas con los ojos cerrados y... ¡hale hop! A andar por el mundo hecho un lince. En el sentido más literal de la expresión: desgraciadamente, la inteligencia no la corrige ningún rayo de color, para mi pesar.

En todo caso, ningún tema mejor que el de hoy -salvo, tal vez, aquel I Can See Clearly Now de Johnny Nash- para describir la nueva sensación. Por supuesto, cuando en 1967 The Who lanzaron I Can See For Miles, no se referían a la recuperación milagrosa de cinco dioptrías por parte de ningún miembro del grupo. Más bien iba de ese tipo de visión ilimitada que daban los cigarrillos con perejil y las pastillas varias que campaban por la edad de oro de la psicodelia. 

El tema fue un éxito rotundo a finales de aquel año, especialmente significativo en Estados Unidos, donde alcanzó el noveno puesto del Billboard. Su sonido, a medio camino entre la psicodelia y el rock duro, fue considerado de lo más potente del momento, y tuvo un efecto inesperado. Paul McCartney, siempre atento a que los Beatles fueran lo más de lo más en todo lo que hicieran, se propuso superar en dureza al single de los Who. Y concibió, de esta forma, aquel magnífico y brutal choque decibélico que fue Helter Skelter, publicado un año después en el Doble Blanco. Es menester decir que lo consiguió de muy, muy largo.  

Por lo pronto, espero que disfrutéis con los molinillos guitarreros de Townshend, los asaltos a la batería de Moon, el compás arrollador de Entwistle y la puesta en escena de Daltrey. Yo, por mi parte, seguiré disfrutando de mi nueva visión a millas vista. Y, lo dicho, muchísimas gracias por vuestro interés. Un abrazo.

The Who – I Can See For Miles (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

viernes, 8 de abril de 2011

Save Tonight, Eagle-Eye Cherry, 1997


Buenas noches. Soy Montse, la pareja de Javi, y estoy aquí por no decirle algo feo al que se hace llamar "Maestro Armero" pero que tiene tarea, el individuo. Como la operación ha ido muy bien y se ve envalentonado, hoy quería ya montar una Píldora. En vano le he insistido que no, que hasta mañana no se acerque a una pantalla de ordenador, pero no veáis el genio que se gasta cuando se le lleva la contraria. Así que aquí lo tengo al lado dirigiendo el montaje del post... que estoy construyendo yo misma. Vaya tela. 

Como os digo, a estas horas de la noche creo que está más cerca del cuentista profesional que del convaleciente necesitado de asistencia: desconozco que los langostinos formen parte de una terapia determinada que acelere la recuperación de lo de la vista, así que vosotros me diréis. 

En cualquier caso, mañana andará por aquí. De momento, os quedáis con la canción que ha escogido, del sueco Eagle-Eye Cherry. La verdad, no me imagino porqué habrá elegido a este artista...

En fin, nos vemos. Ha sido un placer conoceros.

Eagle-Eye Cherry – Save Tonight (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

jueves, 7 de abril de 2011

Eye Of The Tiger, Survivor, 1982


A la hora que estéis leyendo esto, un servidor ya habrá abandonado a unas compañeras inseparables desde hace al menos un cuarto de siglo: mis cinco dioptrías del ojo izquierdo, que me concedían la agudeza visual de un cíclope. O de un tuerto, según se mire. 

En todo caso, aunque he sido advertido de que la recuperación de la intervención es poco menos que milagrosa, cual resurrección de Lázaro ("Francisco Javier, ¡levántate y mira!"), he preferido adelantarme a los hechos, y dejaros preparada con un día de antelación la Píldora correspondiente. No vaya a ser que luego tenga que llegar a la noche todavía con gafas de sol. 

Así que aquí os dejo con este testosterónico hit de los Survivor. Porque ¿qué mejor título para hoy? Y más desde que he advertido que, encima, los de 1974 nacimos en el año chino del Tigre. Toma ya carambola.


PS: una curiosidad sobre el tema, ya puestos. ¿A que no sabéis que fue hecho por encargo del mismísimo Stallone al fracasar en su intento de usar Another On Bites The Dust de Queen para la tercera entrega de Rocky? Un buen negocio, por otro lado, para la formación norteamericana: lograron nada menos que el número 1.




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

miércoles, 6 de abril de 2011

Brown Eyed Girl, Van Morrison, 1967


¡Al fin he podido cumplir con el viejísimo objetivo de poner al León de Belfast en este blog! Y que conste que, por esta vez, no era por despiste o negligencia. No os imagináis lo que costaba encontrar un clip decente de este hombre. Porque claro, no iba a comenzar con Van Morrison con algo diferente a su histórico Brown Eyed Girl

De hecho, Brown Eyed Girl fue el tema con el que Morrison se estrenó con su carrera en solitario, tras disolver su no menos célebre formación Them, con la que ya llevaba otro gran éxito, Gloria. Un estreno que le condicionaría, en cierto modo, el resto de su carrera.

Todavía hoy es una de las canciones más emitidas por radio, y con mucha diferencia. Sin embargo, en su día tuvo un impacto irregular. Mientras que en Estados Unidos alcanzó el número 10 (tan sólo una vez más en toda su carrera haría algo parecido con Domino), en Gran Bretaña el tema se limitó a un invisible puesto número 154. Increíble, pero cierto. 

Ahora que me fijo -no es broma- hay cierta coña con el título de hoy, absolutamente involuntaria. Y es que mañana me operarán de mis cinco dioptrías del ojo izquierdo, con lo que el adjetivo "tuerto" que a veces me gusta vociferar cuartelariamente para describir mi miopía uniocular, dejará de tener sentido. Así que este Brown Eyed Boy -a cada uno, lo suyo- se despide de ustedes hasta mañana, en la que os dejaré una Píldora de emergencia que prepararé en un instante. De temática ocular, por lo demás. Esta sí, voluntaria.

Porque ni me atrevo a plantearme ponerme mañana ante una pantalla... me mata el médico, si me ve.

Van Morrison – Brown Eyed Girl (por Spotify)




Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

martes, 5 de abril de 2011

Gimme Tha Power, Molotov, 1997


Las estadísticas del blog son un juguete que permite cotejar a qué ritmo avanza el mismo. Y, dentro de este juguete, existe un capítulo al que tengo especial querencia por lo curioso, que es conocer la procedencia por países de los que cada día pasan por las Píldoras con los mil y un pretextos. Curiosidades, hay un montón. Desde algún espontáneo procedente de lugares como Azerbaiján o Uganda, hasta las grandes concentraciones en las mayores ciudades de habla hispana. 

Y este último punto me llevó a un descubrimiento vergonzoso. Tras España -que supone más o menos el 40% de las entradas a las Píldoras- le sigue México, con casi el 16%. Vamos, que casi una de cada seis visitas vienen de allí. Y, mientras tanto, servidor, con la mayor de las descortesías -involuntaria, debo decir- aún no había puesto nada procedente de dicho país, y eso que estamos ya a las puertas de los seiscientos posts.

Tras darle vueltas a la cosa de escoger un tema -descartadas fulminantemente las rancheras por lo muy manido y recurrente, y porque no me gustan demasiado-, y dejando de lado a Maná por motivos parecidos, se me vino a la cabeza una de las mayores transgresiones que recuerdo de los noventa y que además consiguió colarse en los grandes circuitos. 

La transgresión en cuestión era un grupo de hip hop con letras de verdad, de las que hacían sangre, con el añadido de ser en castellano, de manera que la cosa ganaba bastante. Molotov, que así se llamaban los fulanos protagonistas de la historia, arrasaron en 1997 con dos temas. Uno de ellos les costó el injusto apelativo de grupo homófobo, pero claro, si tu canción se llama Puto y el estribillo hace berrear al personal con un escalofriante "matarile al maricón", a ver cómo explicas que te referías con tal  cortés apelativo a los que no se divertían en los conciertos, y no a otra cosa. 

El otro tema era este Gimme Tha Power que os he acercado hoy. Un hip hop sin concesiones, y con un aire latino que lo hace realmente peculiar. Su letra... bueno, mejor la escucháis, pero no tiene demasiado que ver con un grupo de extrema derecha, precisamente. 

Un último apunte: por si sus canciones no eran suficientemente escandalosas, el disco (cuyo título apuntaba precisamente a mofarse de Maná) se ilustró con una imagen como la que podéis ver más arriba. Sin comentarios. Y es que si Pancho Villa levantara la cabeza... pues no lo sé, a lo mejor le gustaban estos tíos. De verdad lo pienso.

Molotov – Gimme Tha Power (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

lunes, 4 de abril de 2011

Starman, David Bowie, 1972


La verdad es que hoy me apetecía recuperar algo de la edad de oro del glam rock, y no se me ocurrió nada mejor que este inolvidable tema con el que se inició una de las etapas más célebres de la carrera de David Bowie: la del ascenso y caída de su genial Ziggy Stardust. 

The Rise and Fall of Ziggy Stardust and The Spiders From Mars es uno de esos discos que, casi independientemente de los gustos que uno tenga, debería estar de manera fija en las estanterías de los vinilos o los cedés. No le sobra ni uno solo de sus temas, desde los primeros compases -casi silenciosos- de Five Years hasta el dramático y estruendoso final de Rock and Roll Suicide

Es imposible decir que en aquel estupendísimo álbum un tema destaque sobre los demás. Sin embargo, uno de sus highlights es, sin duda, Starman. Su letra era muy peculiar:trataba del mensaje que Ziggy Stardust recibía de un extraterrestre, un mensaje de salvación para la Humanidad.

Starman, por otra parte, supuso la conversión definitiva de Bowie como estrella glam, con aquella imagen andrógina de pelo naranja que sería su marca durante toda esta época. El vídeo que podéis ver más abajo recoge la célebre emisión de 1972 en el programa Top of the Pops en la que él, junto a sus Spiders From Mars, marcaron todo un icono de principios de los setenta. 

Para terminar, un apunte sobre el single que encabeza el post. Se trata del sencillo editado en España, fácilmente identificable por los subtítulos en castellano (ojo: ¡"El hombre estrella"!). Pues bien, la cara B era nada menos que John, I'm Only Dancing, uno de los clásicos de temática gay más famosos del rock. ¿Qué cómo coló? Bien: ¿alguna vez he comentado ya algo al respecto de los profundísimos conocimientos de inglés de la censura católico-apostólico-franquista?

PD: 9 de junio de 2018

Hace bastante que tenía pensado realizar esta actualización del post, nada menos que desde que vi el estreno de Marte (The Martian), la película protagonizada por Matt Damon en el papel del inefable astronauta Mark Watney, a partir de la novela El Marciano, ópera prima de Andy Weir. Y como hace poco volví a ver por enésima vez el film -cosas frikis que uno hace con lo que le gusta- pues aquí andamos de nuevo.

Dicha novela, de la que poseo la primera edición en castellano lanzada a finales de 2014, no sólo es una gran reescritura de la historia de Robinson Crusoe, si no que es todo un canto optimista a la capacidad humana por salir adelante. Y además, ¡habla de ciencia y es muy divertido! De hecho, me reconcilió de nuevo con el género de la ciencia ficción, del que había leído toneladas hasta poco antes de la treintena, y que luego dejé casi abandonado durante años, al menos en lo que respecta a la literatura (otra cosa es el cine, como cualquiera que me conozca, sabe).

Cuando me enteré de que la historia de The Martian pasaba al cine, y dirigida nada menos que por Ridley Scott, casi salté del sillón. Si nunca me he perdido una buena peli de sci-fi, ésta debía caer con toda la pompa y circunstancia.

Así que allí estaba en la sala cuando se estrenó el 16 de octubre de 2015.

Y qué decir cuando la vi. No sólo era una fantástica adaptación de la novela (algo siempre difícil), si no que encima cumplió con las expectativas (algo más difícil aún cuando encima te ha gustado el libro). Pero es que, además, el film traía varios regalos en forma de cuasi videoclips con algunos enormes temazos de los años setenta, aprovechando la pasión que uno de los personajes -la capitana Lewis- sentía en la novela por dicha música. Dos de ellos se llevaban la palma: Waterloo, de ABBA (otro día lo ampliaré) y este Starman de David Bowie, canción por la que servidor tiene, además, enorme debilidad. El subidón al ver la secuencia fue uno de esos momentazos que todos tenemos alguna vez en el cine.

Así que, por una vez, en lugar de crear una nueva Píldora, he optado por ampliar ésta escrita hace más de siete años. Y junto al clip original de Bowie, adjunto la secuencia de la película enmarcada por la canción.

Por cierto, todavía hoy, llevo de imagen de pantalla en el móvil el supuesto parche de la misión Ares III, ahí queda.Ya sabéis, cosas de frikis, y tal.

David Bowie – Starman (por Spotify)








Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.

domingo, 3 de abril de 2011

Red Red Wine, UB40, 1983



Ciertamente, estoy seguro de lo que muchos habréis pensado al ver la fecha de la canción de hoy. ¡Casi treinta años! ¡Si parece que fue ayer mismo cuando todavía la ponían en la disco! Por supuesto, incluso alguno, harto despistado, dirá ¡si la pusieron ayer mismo! En todos los casos, la respuesta es idéntica: sí, ha llovido desde entonces. Y mucho más de lo que os imaginábais. 

En realidad, Red Red Wine es mucho más antigua todavía. Fue compuesta nada menos que en 1968 y por nada menos que Neil Diamond, en forma de triste balada en la que el vino tinto se convertía en la única forma de ahogar las penas por perder a la novia. 

La canción empezó a conocer rápidamente versiones de todo tipo, con éxito variable. Una de ellas, de las primeras, la realizó en clave de reggae el jamaicano Tony Tribe en 1969. Dicha versión, estilísticamente en las antípodas del original, consiguió un éxito moderado en Gran Bretaña, a la estela del sonido que Desmond Dekker estaba poniendo de moda gracias a su célebre Israelites

Y fue de esta versión de Tony Tribe de donde, quince años después, los UB40 obtendrían la inspiración para uno de los mayores hits de toda su discografía. Un hit, que, por su parte, llegó en dos tiempos. El primero de ellos fue tras su lanzamiento en 1983, y tuvo como mayor logro el número uno en Gran Bretaña. Sin embargo, en aquella ocasión, obtuvo discretos resultados en Estados Unidos. El segundo tiempo tuvo lugar ya en 1988, gracias a un DJ de Atlanta. Red Red Wine comenzó a sonar de manera cada vez mayor, así que el grupo decidió reeditar el single. Y ahora sí, conectó con el número uno al otro lado del charco. 

No me digáis que no tiene historieta esta canción... por mi parte, mientras espero a que llegue la hora de cenar (aún no son las nueve mientras escribo) y vuelva Montse a casa, creo que sé qué voy a hacer. Tomarme una copa de vino tinto. Eso sí, por mero gusto.

UB40 – Red Red Wine (por Spotify)



Letra de la Píldora.

Hasta la próxima.