sábado, 30 de noviembre de 2013

Astronàuta rimador, Antònia Font, 2004


Esta semana que acaba la noticia musical de esta parte del mundo ha sido, sin duda, la disolución de los mallorquines Antònia Font, unos tipos de lo más peculiar y que se han ganado por derecho propio uno de los lugares de honor del rock catalán de la última década y media. Motivo más que sobrado para dedicarles una Píldora, más aún cuando me he dado cuenta -sí, ya no controlo exactamente quién está y quien no, así de penoso- que... ¡aún no tenían ninguna!

Y es difícil de verdad escoger una canción como primera, entre el magnífico repertorio de Joan Miquel Oliver y el resto de sus colegas. Porque más que un grupo indie a la usanza, modernillo de pro, parecen exactamente lo contrario, esto es, el grupo de colegas de tu barrio. Eso sí, con un punto bastante peculiar, por no decir majara. A sus fotos en plan Devo (otros memorables majaras) me remito. 

Finalmente, me he decidido por una de mis favoritas (que para eso escribe aquí el baranda jefe del blog), esta inclasificable Astronàuta rimador, una especie de aventura a lo Space Oddity -incluso con punteado de guitarra final- pero cuyas semejanzas acaban ahí. Para empezar, la letra: decir psicodélica es quedarse francamente corto. 

Y luego está la música. Tras escucharla, uno no sabe si ha pasado por un tema pop, hip hop o flamenco. Pero de lo que sí que se está seguro es que se ha escuchado a un Joan Miquel Oliver en estado químicamente puro. Os dejo con él, y con su particular historia espacial.  





Hasta la próxima. 

lunes, 18 de noviembre de 2013

Come On! The Hives, 2012


El rock and roll en su variante más devastadora, eso es el tema de hoy. A medio camino entre una ametralladora y una descarga de 20.000 voltios que nada tiene que desmerecer a los más ruidosos Sex Pistols del 77. Ladies and gentlemen, vuelven The Hives con Come On!

En realidad, Come On! nunca salió como sencillo de su respectivo álbum, Lex Hives, entre otras cosas porque su duración, de apenas un minuto y medio -como debe ser con el punk bien hecho- no lo aconsejaban. 

Pero, a decir verdad, ni falta que le ha hecho convertirse en single. Su posición como arrollador tema de apertura del LP lo han convertido en una de las enseñas en directo de la formación sueca desde su publicación el pasado 2012. Y, de paso, en referencia para diversas promos televisivas: un gancho como éste es difícil de dejar de lado. 

El clip que os dejo recoge la apertura de una de sus actuaciones, y como propina, no sólo incluye el tema de hoy si no también el tema Try It Again, de su anterior trabajo The Black and White Album. Un título que, por cierto, describe los únicos colores que la banda lleva en sus actuaciones: el blanco y el negro, en sus más diversos formatos. Durante la promoción de Lex Hives, la variante escogida fue el muy elegante frac con sombrero de copa. 

La ropa normal que esperaría uno con cinco tipos metiendo bronca sonora como casi no se escucha ya en nuestros musicalmente tranquilos aparatos de radio y televisión de 2013



Letra de la Píldora. (¿En serio la necesitáis?)

Hasta la próxima. 

domingo, 10 de noviembre de 2013

Hungry Like The Wolf, Duran Duran, 1982


No, no es que esté exactamente hambriento como un lobo a la hora de escribir el post de hoy, ni mucho menos. De hecho, no tengo nada de hambre -lo cual creo que se arreglará solo en breve, ojo-, así que desmiento antes de empezar ninguna segunda lectura al respecto de la canción que tenéis delante.

De hecho, la pongo simplemente como parte de una conversación estrictamente musical. Y es que, en cierto momento, con el compañero y amigo Jesús, comentábamos a la finalización de un entrenamiento de remo sobre grupos musicales con un sonido de bajo bastante más que aparente. Puede sonar algo friki la conversación, así dicho sin más. Por supuesto, de las cuarteladas propias de una barca también hablamos, pero no las voy a reproducir aquí y ahora, naturalmente.

Uno de los que les comenté eran, precisamente, Duran Duran, para cierta sorpresa suya. Efectivamente, por edad, las portadas de Super Pop de estos tipos me cogieron de chaval, pero a mi colega lo hicieron algo más mayor, así que la alergia que podían darle era a tener muy en cuenta. Por lo tanto, había que comprender su rostro de cierta sorpresa y hasta aprensión. En lo que a mí respecta,, como creo que no hay mejor manera de convencer sobre el movimiento que andando, me comprometí a montar un post de los británicos. Y aquí está. 

Por lo demás, Hungry Like The Wolf, con su número 5 en Gran Bretaña y 3 en Estados Unidos, fue uno más de los sencillos que durante la primera mitad de los ochenta mantuvieron a Duran Duran en lo alto de las listas... y en el monopolio de las portadas de ciertas adolescentes revistas. Cosas de la época: vista con retrospectiva y sin demasiados prejuicios, es, evidentemente, una gran canción. 





Hasta la próxima. 

sábado, 2 de noviembre de 2013

Hurdy Gurdy Man, Donovan, 1968


Tras las dos últimas Píldoras de tintes funerarios, casi es una alegría poder retomar el ritmo sin pensar en homenajear a ningún traspasado, si no a alguien vivito y coleando, como es el caso del bueno de Donovan. Hacía dos años y medio que no aparecía aquí, así que qué mejor pretexto para recuperarlo en el blog. 

Como en la anterior ocasión, con Atlantis, rescatamos al escocés más ácido, lisérgico e inspirado por lo hindú. Y es que cuando compuso a principios de 1968 Hurdy Gurdy Man, quedaban ya atrás sus primeros hits a golpe de guitarra acústica. De hecho, en el tema de hoy, si destaca alguna guitarra, es la que marca su potentísimo y eléctrico solo. 

En cierto modo, Hurdy Gurdy Man fue compuesta como un favor a un amigo. Y es que cuando el también escocés Mac Macleod (de dónde si no iba a ser con ese nombre) le pidió un tema para promocionar a su banda, los daneses Hurdy Gurdy, Donovan les compuso el tema de hoy, cuyo título, desde luego, no estaba escogido al azar. 

Sin embargo, la cosa distó mucho de ir perfecta. Por su parte, Donovan les compuso el tema... pero también quería producirlo a su manera, con el sonido que tenía en mente. Como fuera que al grupo no les gustó, no hubo acuerdo, y el cantautor decidió quedarse para sí su propia canción y grabarla como quería. El resultado, hay que decirlo, fue simplemente magnífico. 

A las distorsionadas guitarras eléctricas que marcaban el tema y un aire casi siniestro, Donovan le añadió la sonoridad hindú tan en boga por entonces, y que tenía de primera mano gracias a su amistad -y medio parentesco político por entonces- con George Harrison. Incluso acabó yéndose en la primavera del mismo 68 junto a los Beatles al mítico -y en el fondo, muy poco místico- viaje a la India invitados por el Maharishi Mahesh Yogi. Allí, Harrison también compuso una estrofa de Hurdy Gurdy Man, aunque nunca llegó a ser incluida en la versión en single por un tema meramente de espacio físico de los discos de entonces.  

Al final, el favor a un amigo terminó convertido en todo un favor a su propia carrera. Y es que la canción se convirtió en todo un éxito en ventas, colocándose en el Top 5 en ambos lados del Atlántico. 

Si será verdad que lo que le das al universo, el universo te lo devuelve. 




Hasta la próxima.