martes, 19 de agosto de 2014

5 Years Time, Noah and The Whale, 2007


Cinco años ya... ¡cinco años! Aunque suene a topicazo manido, y lo es, parece que fue ayer mismo, o anteayer, cuando durante una calurosa tarde de miércoles, a las 17:42 h, tomó forma una vieja idea que me rondaba por la cabeza. Ésta consistía, básicamente, en decir cuatro cosas por Internet en forma de blog vinculadas a canciones de lo más diverso, y cuyo único nexo de unión entre sí era... ninguno. 

Eso sí, la intención era la de no pasar de cuatro o cinco párrafos de texto por post en la medida de lo posible -norma que se ha cumplido en la inmensa mayoría de casos- para no cansar al personal. De ahí que la cosa acabara llamándose algo tan poco musical como "píldoras". También era algo distinto a como es ahora: mantenía un no muy afortunado color verde, sin apenas adornos. Pronto pasó a un tono blanco y con la navegación mejorada, hasta que en 2011 adquirió el formato que tenéis delante... que no será el definitivo, seguro. 

En un principio, la idea era publicar de vez en cuando, pero en seguida la cosa se animó y, durante unos tres años, el ritmo fue nada menos que a Píldora diaria, vacaciones y fiestas de guardar incluidas. Con el tiempo, la cosa se ha ido calmando, para acercarse al mucho más perezoso ritmo concebido originalmente. Los matrimonios deben ir a su paso en cada momento. 

Que me he divertido mucho desde aquel primer post de los Kinks (con el glorioso tema Shangri-la, aún hoy tal vez mi canción favorita), y me sigo divirtiendo, es evidente. La prueba es que aquí estamos. Cierto es que ahora no puedo dedicarle el mismo tiempo, pero cada vez que busco una canción, cada vez que veo los clips, cada vez que acometo estas líneas os aseguro que es como el primer día. 

Naturalmente, nunca acabo de decir lo suficiente lo mucho que esto os debe a vosotros, a vuestras sugerencias y a vuestros comentarios, incluso aunque no los responda siempre a la velocidad que la decencia exigiría, por no mencionar ya la correcta gestión de un blog. En cualquier caso, muchísimas gracias a todas y a todos por estar ahí. Como siempre, esta es vuestra casa.     

Vamos a por otros cinco años más... para empezar.  





Hasta la próxima.


domingo, 17 de agosto de 2014

I-Feel-Like-I'm-Fixin'-to-Die Rag, Country Joe and The Fish, 1967


"Dadme una F, dadme una U, dadme una C, dadme una K: ¿qué hace esto?". Naturalmente, ante tamaña invitación, todo un público entregado aquella tarde del 17 de agosto de 1969 en la llanura de Woodstock (más o menos al mismo tiempo en el que escribo esto, 45 años después) gritó como loco un atronador "FUCK!!!!". Que creo que no necesita traducción. Corregidme, si no es así. 

Posiblemente, este sea, junto a la versión distorsionada del himno norteamericano que pocas horas después interpretaría Jimi Hendrix, el momento más icónico de todo el festival que prometía -y cumplió- "tres días de paz y música". Iba de la mano de un cantautor psicodélico que tenía mucha más fama que ventas, y que respondía al nombre artístico de Country Joe McDonald, acompañado de su grupo, The Fish. 

En realidad, el tema fue interpretado dos veces... y no fue la "oficial" -la que hoy haría 45 años- la que pasó a la posteridad, si no la que un día antes improvisó el mismo McDonald en solitario entre dos actuaciones. Ataviado con un ajado uniforme militar y un trapo como cinta en la cabeza, se metió en el bolsillo a más de 300.000 personas que terminaron cantando con él este demoledor tema contra la guerra del Vietnam. 

Y eso que no era, ni mucho menos, una canción con un sonido agresivo. Antes bien, tenía la estructura de un viejo jazz de los años 20, festivo y burlón. Pero nadie se llevaba a engaño: su letra, que era una bufonesca invitación a apuntarse a la guerra, terminaba con un lapidario "todos vamos a morir".  Eso sí, precedido de un alegre y desenfadado "whopee!!!"... porque al fin y al cabo, ¿qué mayor alegría hay a la de que le maten a uno por la patria?

Paradójicamente, el tema nunca tuvo unas ventas sobresalientes. Lanzado como parte del álbum I Feel Like I'm Fixin' to Die, de 1967, es uno de esos sorprendentes casos en los que el discreto éxito comercial iba de la mano de una difusión alternativa que llegó, sin duda, a todos los rincones del país. El hecho de que todo el auditorio lo cantara -como puede verse en el clip- durante una interpretación improvisada es la mejor prueba de hasta qué punto la juventud norteamericana del momento estaba muy al corriente no ya de la cultura, si no de la contracultura que imperaba en la época. 

Os quedáis, pues, ante uno de los momentos más célebres de toda la historia del rock. "Gimme a F...!"

PS: Jordi, lo prometido es deuda. ¡Espero que te haya gustado!




Hasta la próxima.