jueves, 22 de octubre de 2015

Queenie Eye, Paul McCartney, 2013


Sí, sí, "Paul McCartney" y "2013" en el mismo lugar. Y encima, junto a un temazo -que si no, no estaría aquí- de esos que dejan en evidencia a buena parte del star system actual. Porque si una de las mejores composiciones de aquel año la hizo un señor que por entonces calzaba 71 tacos, igual es para hacérselo mirar.

Pero claro, ese tipo no es otro que McCartney. Alguien capaz de hacer rock and rolls trepidantes, baladas sensibles -y a menudo sensiblonas, por qué no decirlo-; de meterse en el mismo estudio con personajes tan distintos como Michael Jackson o Kanye West; de liarse la manta a la cabeza y tocar en el escenario junto a los dos Nirvana supervivientes; de componer sinfonías clásicas. Alguien capaz de componer enormes piezas tan galácticamente alejadas como Hey Jude y Helter Skelter con apenas semanas de diferencia; de tocar la práctica totalidad de instrumentos musicales disponibles en cualquier estudio de grabación y hacerlo como el mejor session man... ese alguien puede hacer lo que quiera y salir airoso.

Y como tal ejerce. Así que hace un par de años volvió al estudio -que nunca ha dejado- y se marcó un tema pop perfecto de esos que ya quisieran firmar unas cuántas bandas indies. Es el que tenéis delante, Queenie Eye. De hecho, en mi opinión, es de las mejores piezas de Paul en los últimos tiempos.

El vídeo es de esos que tanto le gustan al ex Beatle: rodeado de amiguetes, que en su caso, suelen ser nada menos que Johnny Depp, Meryl Streep, Jeremy Irons... y unos cuantos más que os dejo descubrir en el clip. Por cierto, los mitómanos beatlemaniacos (por lo tanto, hermanos míos de fe) descubriréis inmediatamente dónde está grabado. Ahí queda.

Un servidor quiere llegar así a los setenta años. Aunque me autodispensaré una bula en el credo vegetariano, que tampoco hay que pasarse.




Hasta la próxima.