sábado, 7 de julio de 2012

Dont't Bring Me Down, Electric Light Orchestra, 1979


Renovarse o morir es una máxima que tiene validez en todos los ámbitos posibles y, cómo no, también en lo musical. El final de los setenta y los albores de los ochenta hicieron replantearse a muchas formaciones un cambio de estilo natural en tanto la new wave y el pop de sintetizadores estaban copando todas las listas de éxitos. Sólo de esta forma puede entenderse el porqué de un tema como Don't Bring Me Down en la discografía de la ELO, bastante diferente a lo que la banda de Jeff Lynne había hecho hasta entonces. 

Porque aunque el clip aún muestre a unos tipos melenudos setenteros, incluso con algún mostachón trasnochado, la Píldora de hoy suena mucho más a los ochenta que a los setenta, desde luego. Un sonido que implicó varios giros significativos también en la forma de grabar. 

Para empezar, por primera vez desde sus inicios, la ELO lanzó un tema sin la omnipresente sección de cuerdas, su gran marca distintiva hasta entonces. Por el contrario, potenció los sintetizadores y hasta utilizó un sampleado para el ritmo de batería. De hecho, ni siquiera puede decirse que la canción se grabara a la manera tradicional de una banda: al ritmo pregrabado, Jeff Lynne casi en exclusiva añadió la voz y el resto de instrumentos aprovechando toda la tecnología de estudio disponible en el momento. 

Por supuesto, la letra también era suya, incluyendo el famoso "Bruce" del estribillo... que no era tal "Bruce", si no una palabra que se había inventando -"Grooss"- con un par. Eso sí, como todo el mundo entendió que decía lo primero, al final el propio Lynne acabó medio en coña diciendo "Bruce" en los escenarios.

Y por qué no, llegados a este punto os confieso una cosa: hasta hacer este post, yo mismo estaba seguro de que decía... pues sí, "Bruce". Aunque visto lo visto, al final mi inglés no va a ser tan malo como pensaba.




Hasta la próxima.

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